domingo, 22 de septiembre de 2013

Las calles de Madrid el día de la Marea

Manifestación del 22 de septiembre de 2013
El recorrido se ha convertido en un clásico. De la Plaza de Neptuno a la Puerta del Sol. Son calles anchas que definen la esencia del centro de Madrid. Un domingo por la mañana no se trastorna de forma notable el tráfico de la ciudad.
Para llegar hasta la manifestación, aparco el coche en el aparcamiento que recorre subterráneamente el inicio de la calle Serrano. Mientras voy para allá, observo a los cientos de personas que no van a la manifestación, que recorren y observan las tiendas de lujo, que toman desayunos exquisitos apaciblemente en la terraza de la pastelería Mallorca. Veo numerosas parejas, familias, personas de más edad paseando camino del cercano parque del Retiro y veo claramente que a muchos de ellos, probablemente la mayoría, les da lo mismo la privatización de la sanidad pública. Es malo fiarse de las apariencias para etiquetar el pensamiento de una persona, pero también es inocente creer que no tiene nada que ver. 
En la manifestación veo menos gente de la que yo esperaba. A pesar de ello, leo muchos tuits y comentarios en la prensa favorable destacando un gran éxito. 
La sociedad madrileña es polifacética. No puede ser de otra forma. La uniformidad sería un signo de totalitarismo, pero la defensa de la sanidad pública debería ser un objetivo interclasista y de consenso ideológico. Constatar en la realidad que no es así es lo que está creando una fractura social importante. Las clases altas y medias altas han despreciado e ignorado el uso de la sanidad pública por ideas tópicas sobre los retrasos y la incomodidad. No se ha cuestionado la capacidad profesional global, aunque sí la de la atención primaria. A los acomodados les gusta ir directamente al "especialista" para abordar sus problemas y con las menores esperas posibles, algo irreal hoy en día, donde las esperas en las sociedades médicas de pago están a la orden del día. Han identificado la atención primaria como un filtro para "pobres", para que no se colapse lo importante: el Hospital. Nunca o casi nunca la han usado salvo para pedir que les "pasen las recetas de medicamentos caros y baratos". Esa sociología, junto con la absoluta desfachatez de la existencia de MUFACE, ISFAS y demás, ha generado una atención sanitaria diferenciada por clases sociales.
Los dirigentes actuales, y muchos de los pasados, provienen de las clases sociales que no han utilizado desde su infancia la sanidad pública. Nunca han tenido -desde el Informe Abril donde se identificaron área de mejora para el sistema público- interés en abordar una gestión más eficaz, dentro de la idea de servicio público de calidad. Y ahora, de sus errores, negligencias y falta de interés, surgen las razones para dar su gestión a empresas privadas con ánimo de lucro: imposibilidad de gestionar de forma diferenciada por méritos, despilfarro, falta de control económico. Nadie es inocente y muchos trabajadores han abusado de una Administración negligente, pero la principal responsabilidad es del que lo permite, esos gestores que sin diálogo, ni participación de los protagonistas, quieren dinamitar lo que deberían defender. 
Pasear por las calles de Madrid significa ver las diferencias sociales, económicas e ideológicas de su población, el incremento de la desigualdad entre los numerosos coches de lujo de matrículas recientes y una población pensionista y parada con cada vez mayores dificultades, como las que se ven en ese nuevo programa de televisión Entre Todos donde se fomenta la "solidaridad y la generosidad" para disimular la crudeza de la injusticia y de las dificultades de mucha gente para vivir con dignidad del propio trabajo.
Que cada uno responda de sus actos y actúe según su conciencia. Yo me quedo con los que apuestan por defender un sistema sanitario justo. Y yo sé cuál es. 

3 comentarios:

  1. A ese desinterés en la gestión eficiente por parte de nuestros políticos se une el "chiringitismo" autonómico: aquí vacuno de esto porque yo lo valgo, aquí ponemos una unidad de trasplante porque la que esta a 100km es de otra comunidad, "pero cómo vamos a derivar a este hospital si es de otra comunidad, aunque esté a 50km, no, al de referencia que está a 300km", etc etc

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  2. Vicente desgraciadamente esto va a ir a más. Sin demasiado ruido la semana pasada el Gobierno de Holanda , por boca de su monarca, certifico la defunción del Estado de Bienestar proponiendo, en la linea de Reagan , Tatcher , Cameron , "conservadurismo compasivo, Big Society", la vuelta a la beneficencia.
    http://internacional.elpais.com/internacional/2013/09/21/actualidad/1379759516_595505.html
    Hemos desaprovechado , durante estos años de relativa bonanza económica, muchas oportunidades para consolidar los avances sociales de la democrácia y el peligro de una sociedad dual, con un sector de la sociedad excluido social y políticamente como en USA que reducirá aún más la capacidad de respuesta y reforma.
    A pesar de todo enhorabuena y gracias por el esfuerzo de tantos profesionales , durante tantos meses
    Antoni Agustí

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  3. Muface no es mala, lo que es malo es
    -elegir SNS o privada, de forma que los malos riesgos o marrones acaben en la pública y TODO el dinero vaya para la privada
    -si hay pérdidas, como sucede ahora (134 millones este año), TODAS las pague el Estado

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