martes, 29 de enero de 2013

Ghana

Mujer en Kumasi
Foto original de Vicente Baos
En Ghana no te acostumbras al calor. Es un calor húmedo que provoca una sudoración extrema y que contrasta aún más cuando llegas de la fría y seca España de enero. Sin embargo; la alegría del viaje, la posibilidad de visitar lugares tan diferentes a nuestra cómoda Europa, la oportunidad de conocer nuevas e interesantes gentes, a la vez compartiendo y aprendiendo; compensa y disminuye el choque térmico tan brutal.
Ghana es un país con un considerable grado de desarrollo en comparación con otros países africanos. He visto la luz eléctrica por todos lados, algo inaudito en Uganda, mi referente africano hasta ahora. Pequeñas aldeas tienen luz, y tener luz en África puede suponer la posibilidad de tener refrigeración, iluminación nocturna y muchas otras oportunidades asociadas al desarrollo económico y social de los pueblos. Y también tienen un National Health Inssurance Service que llega a todas las poblaciones. Hablaremos despacio de ese tema. 
Los habitantes de Ghana me han parecido serios. Sus caras expresan solemnidad. En las calles, donde cada lugar es un mini comercio, donde todo el mundo compra y vende, donde se descansa, se camina o se espera, la multitud tiene una expresión seria. Sus habitantes hablan bajo y despacio. Poseen 47 lenguas pero utilizan entre ellos el idioma común: el twi. El idioma inglés es oficial y obligatorio en la escuela pero no todo el mundo ha tenido ese nivel educativo.
Todo va despacio, acorde a la temperatura ambiente que no permite grandes esfuerzos físicos. Ver a la gente trabajar en el campo o en la construcción de carreteras provoca compasión. Lo único que no va lento ni pausado es el tráfico. Es cierto cuando se afirma que el mayor peligro de África es desplazarse en un vehículo por sus carreteras.
Su sentido religioso es notable. La convivencia de las distintas creencias es pacífica en el país. La mayoría católica tiene una gran influencia y el National Catholic Health Service, dependiente de las Archidiócesis, abarca el 40% de la atención sanitaria del país. Dicho servicio es gestionado por distintas órdenes religiosas, como las Sisters Hospitalliers, que fueron nuestras anfitrionas en el St Francis Xavier Hospital de Assin Foso. En el Hospital, y en cualquier lugar de trabajo, a las 7.30h cuando empiezan las actividades, se canta y se reza de forma comunitaria. Fue una imagen impactante ver cantar y mover los brazos al son de la música de tambor a pacientes y personal del Hospital juntos en el hall de entrada al mismo. Al finalizar, la seriedad volvía a sus caras, mientras que los trabajadores se afanaban en ordenar a la gente, sacar las historias clínicas y empezar la actividad. Simultáneamente, los pacientes entraban en el "estado de inerte espera" que tan bien define Ryszard Kapuscinski en uno de los libros de referencia sobre África, Ébano: Las personas entran en este estado conscientes de lo que va a ocurrir; por lo tanto, intentan elegir el mejor lugar y aposentarse lo más cómodamente posible. A veces unas se tumban, otras se sientan en el suelo o en una piedra, o se ponen en cuclillas. Dejan de hablar. El grupo de personas en estado de inerte espera es mudo. Ese estado puede ser una lección para los acelerados, estresados y esclavos del tiempo "blanquitos".

2 comentarios:

  1. Como de costumbre, me encantó la fotografía de esta mujer de mirada misteriosa...¿qué estará pensando?

    Y me dejó perpleja ese "estado de inerte espera" que describes...Como para pensarlo...

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  2. mario del canto peña4 de junio de 2013, 5:42

    estimado, aunque desconocido personalmente, colega:

    pasando unos dias de reposo obligado, pude sumergirme en algunos de los muy interesantes blogs, que ustedes los medicos generales españoles tienen
    pude dar con el suyo y deleitarme con varios post, en especial los qe relatan su experiencia en ghana, y lo mucho que pudiera servirnos a los medicos generales, pasar por una experiencia asi.
    aprovecho para pasarle un breve texto al respecto, de un escritor de nuestra zona, que sus escritos me hiso recordar:

    Dos reinas


    Poco antes de morir, la reina Victoria tuvo la alegría de incorporar otra perla a su poblada corona. El reino ashanti, vasta mina de oro, pasó a ser colonia británica.
    Varias guerras había costado, durante todo un siglo, esa conquista.
    La batalla final estalló cuando los ingleses exigieron que los ashantis les entregaran el trono sagrado, donde residía el alma de la nación.
    Los ashantis eran tipos belicosos, que más valía perderlos que encontrarlos, pero fue una mujer quien encabezó la batalla final. La reina madre, Yaa Asantewaa, desalojó a los jefes guerreros:
    --¿Dónde está la valentía? En ustedes no está.
    Fue dura la pelea. Al cabo de tres meses, los cañones británicos impusieron sus razones.
    Victoria, la reina triunfante, murió en Londres.
    Yaa Asantewaa, la reina vencida, murió lejos de su tierra.
    Los vencedores nunca encontraron el trono sagrado.
    Años después, el reino ashanti, llamado Ghana, fue la primera colonia del África negra que conquistó la independencia

    eduardo galeano. espejos

    gracias por hacer, con vuestros escritos o como los del querido colega gervas, mas llevadero el camino de los generalistas que venimos detras...

    saludos

    mario del canto peña
    medico general
    esquel-patagonia-argentina

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