miércoles, 23 de diciembre de 2015

Los "campos de rezo" para los enfermos mentales: Les enchaînés

Paciente atada con una cadena a un poste en Xonamepe (Togo)
Foto sacada clandestinamente con teléfono móvil
Ver a un ser humano atado con una cadena en los pies a un poste en el siglo XXI produce una impresión relevante. Si además, esto se realiza en el contexto de un enfermo psiquiátrico que no recibe ninguna medicación y su tratamiento consiste en el rezo bajo el culto cristiano evangelista, más aún. Pero esto es una realidad que se vive en diversos países africanos en estos momentos.




Togo es un país que carece de infraestructura sanitaria para abordar la enfermedad mental grave. En todo el país solo existe un psiquiatra titulado, por lo que el abordaje y tratamiento de estos enfermos es realizado por multitud de organizaciones cristianas evangelistas como la que os muestro en la fotografía.

Sor Odile Edoh ha creado la asociación Misericorde sans frontiéres para ofrecer tratamiento y rehabilitación a discapacitados y enfermos mentales. Con ella, fuimos al campo de rezo de Xonamepe, cercano al pueblo de Zafí. 

La hospitalidad en África es una de las virtudes indudables de los pueblos africanos y de su gente. Nos recibieron con amabilidad, invitándonos a acomodarnos a la entrada del centro. Les dijimos quiénes éramos y que deseábamos conocer su centro y a los enfermos que allí atendían. Con amabilidad nos informaron que en ese momento no estaba el pastor evangelista responsable y que por ello no podían permitirnos pasar a su interior. Nos dijeron que ellos eran antiguos enfermos que se habían curado y colaboraban como voluntarios. Los diálogos en África son lentos y pausados y nadie parece tener ninguna prisa. Nosotros tampoco. En ewé (idioma de la tribu más numerosa de Togo) y traducido al francés por Sor Odile nos contaron lo eficaz que era su tratamiento con rezos y que el encadenamiento era una manera de evitar que se hicieran daño a ellos o a otros cuando los enfermos estaban agitados. En esa situación y a la intemperie (por la noche en diciembre, la temperatura puede bajar a 18-19ºC, por el día a más de 30ºC) podían los enfermos pasar meses si no había una mejoría. Los tiempos en África nunca son importantes. El programa de rezos era la única terapia.
Muchas familias, desesperadas por la falta de tratamiento, dejan a sus miembros enfermos (aquí podemos incluir por ejemplo a paciente epilépticos) en manos de estas organizaciones. Suelen ser gratuitas pero se solicitan donaciones de las familias. El aspecto y tamaño del centro nos hacía pensar que no tenían dificultades económicas. Pude sacar esa única foto del interior camino de nuestro vehículo y sin que se diesen cuenta, ya que tenía detrás de mí a un miembro de la organización todo el rato. Mi compañero Roger (psiquiatra) pidió hábilmente ir a la "toilette" y pudo meterse unos metros hacia el interior, viendo un numeroso grupo de personas encadenadas.

La medicina moderna tiene herramientas farmacológicas que mejoran y alivian a los enfermos mentales graves. Un paciente con delirio, una persona depresiva grave, una crisis de ansiedad extrema puede recibir un tratamiento que mejore su vida a corto y largo plazo. La pobreza y la ausencia de una estructura sanitaria que garantice el tratamiento gratuito o de acceso fácil a estos pacientes es la razón de existir de estos lugares.

El fanatismo religioso, el concepto de la enfermedad como pecado, como ofensa a Dios, como posesión demoníaca que las religiones monoteístas han manifestado a lo largo de los siglos, sigue haciendo daño a los enfermos más vulnerables y olvidados, los que sufren una enfermedad mental grave. Recuperar su dignidad como personas con un tratamiento adecuado y una rehabilitación digna es muy necesario, en Togo y en España.
Nuestro apoyo a Misericorde sans frontiéres,  dirigido por una monja católica de extraordinaria capacidad de trabajo y sacrificio, ofrece tratamiento, dignidad, respeto y amor a los abandonados por las sociedades más pobres: los discapacitados y los enfermos mentales.

Éste documental del New York Times nos habla de las personas que luchan en África para desterrar los "champs de prière". Praying for cure

Os invito a visualizar este excelente documental sobre el tema : Les Enchaînés y su acción en Benin y costa de Marfil

2 comentarios:

  1. Gracias una vez mas por tu compromiso y valentía por vivir y mostrar esta dura y cruda realidad, vergonzante para todos, para toda la humanidad, especialmente sus instituciones representataivas y también para la Medicina.
    Solamente permíteme una crítica cnstructiva: creo que resulta especialmente injusto la frase de “a pesar de ser monja católica” y el fondo culpabilizador de las religiones en general y del cristianismo
    Casi tanto como descalificar a la Medicina por las andanzas de la homeopatía y otras "medicinas" alternativas. O el tópico de que “para el cristianismo la enfermedad es merecida” es tan falso o más como que: todos los médicos estamos comprados por los laboratorios, las vacunas producen autismo, aunque la Medicina genere de vez en cuando “doctores Mengueles” y colabore con las políticas de moda como ocurrió durante el nazismo
    Parece que en una situación como la que se muestra aquí, de extrema indigencia y desasistencia social, se produce un clima favorable para la proliferación de sectas también seudocristianas , pero achacar a la religión en general y más concretamente al cristianismo la responsabilidad de este trato a los pacientes creo que resulta injusto y falso.
    Cuando lo que se ve en el documental y se expresa: es que los únicos que están luchando verdaderamente por dignificar a los pacientes y para cambiar esta realidad son protagonistas que lo hacen precisamente desde su compromiso cristiano y parece que más significativo católico.
    Y es que es precisamente la valoración y defensa Dignidad humana y más específicamente la de los más débiles y vulnerables, el signo identificativo del cristianismo.

    De hecho la orden de San Juan de Dios se creó precisamente para atender a los pacientes psiquiátricos despreciados y desechados por la sociedad en psiquiátricos inhumanos y también estaban atados, mientras que en los hospitales de San Juan de Dios eran tratados con dignidad y con la medicacion mas avanzada (los primeros neurolépticos o antiepilepticos).
    Basta recordar tb que en otros países cercanos como Sierra Leona, donde el Ebola sembró el panico y la huida de todas las organizaciones, tan solo quedaron algunas órdenes religiosas de monjas y sacerdotes médicos, mientras el resto de Ongs desaparecían como por arte de magia
    Insisto achacar a la religión y mas concretamente al cristianismo este trato indigno los pacientes y en general a los seres humanos, perdóname pero creo que resulta inexacto y sobre todo profundamente injusto, basta recordar ideologías agnósticas políticas: desde el nazismo al comunismo con sus terribles psiquiátricos, o al liberalismo darviniano.
    Por otro lado no hace falta irse tan lejos para ver tratos semejantes aunque hipócritamente maquillados: ancianos desechados en ” basureros humanos” eufemísticamente denominadas Residencias , también atados en sus camas y drogados para manutenerles como vegetales, mientras resultan rentables con su cuota mensual.

    La solución parece que solo puede venir por una mayor concienciación de la comunidad internacional y desde luego: con el ejemplo de estos héroes anónimos y ejemplares seres humanos, que luchan por la Dignidad humana no solo contra la indiferencia sino también contra la incomprensión.

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  2. Gracias por tus palabras.
    Ciertamente, la frase " a pesar" me di cuenta de lo errónea e injusta que era. Y la cambié en el texto.
    Como bien dices, y lo reafirmo con mi experiencia en Ghana y ahora en Togo, son religiosas católicas las que luchan por tratar de forma digna y profesional a estos enfermos. Y lo hacen desde su convicción religiosa. Lo aplaudo y lo admiro. En Togo, nuestra organización es la única que apoya a Sor Odile, y 6000 euros allí hacen mucho.
    Me he pronunciado varias veces como una persona atea y en mi valoración de las necesidades humanas y de la solidaridad que se necesita no existe ningún impulso espiritual.
    La historia de las religiones tiene sombras y luces, como bien dices, igual que en todas las actividades humanas; por ello, la religión nos puede ofrecer lo mejor y lo peor de la condición humana. Creo que hay principios doctrinales como la posibilidad de un "milagro divino" y que la intercesión de la divinidad mediante el rezo sirva para algo, que abre las puertas a creencias erróneas, esperanzas infundadas y a una cierta mortificación para conseguir ese objetivo.
    Desde la perspectiva atea, la motivación religiosa de las personas que hacen el bien es la de un creyente en una construcción humana "motivadora". Vuelvo al mismo razonamiento: las obras las hacen los hombres y la justificación religiosa puede ser positiva o negativa.
    Ojalá, el ser humano, convencido desde una perspectiva racional del beneficio de la cooperación y la ayuda mutua, no necesite de construcciones culturales fantásticas como son las religiones. En mi opinión.
    Mientras tanto, mi apoyo y cariño a personas de una valía extraordinaria como Sor Odile es total, y por supuesto, sin debatir con ella si la religión es buena o mala. No me interesa, me interesa su obra y su persona. Más que de sobra.
    Un fuerte abrazo desde la discrepancia

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